No tienes por qué extrañar los postres en tu dieta para adelgazar: la compota de manzana te dará ese delicioso sabor dulce para finalizar tu comida, al tiempo que te brinda numerosos beneficios si quieres estar en forma y sano.
Este dulce, que muchos hemos visto comer principalmente a los bebés, también puede adaptarse para el consumo adulto. Es una gran manera de aprovechar una de las frutas más recomendadas cuando tenemos que cuidar nuestra alimentación para bajar de peso o cuidar nuestro organismo: la manzana.
Entre los componentes beneficiosos de la manzana están la fibra, que facilita el metabolismo y la digestión, y hace que nos sintamos saciados; la pectina, que actúa en los ácidos biliares, reduciendo el colesterol malo; flavonoides (antioxidantes naturales) que nos previenen de enfermedades cardiovasculares e incluso del cáncer; y minerales como el hierro y el fósforo.
Pero hay más: cuando preparamos la manzana en compota ganamos algunos beneficios y potenciamos otros.
Así, la capacidad de los azúcares naturales de la fruta (como la fructosa) se potenciará con la fibra soluble de la misma, aprovechada al máximo pues este postre se hace con la cáscara; así, mejoraremos la acidez del estómago y el tránsito intestinal.
Además, cuando añadimos ingredientes como miel y canela, las propiedades de éstos se suman a las de la manzana, potenciando cualidades como el incentivo del metabolismo y la quema de grasas.
La compota de manzana, además, permite digerir esta fruta de forma suave y fácil. Es también un buen reconstituyente.
Y, como si todo esto no bastara, es muy sencillo de preparar. Sólo sigue esta práctica receta:
-Lava tres manzanas rojas, pícalas en cuartos y quítales el corazón, las semillas y el rabillo.
-Introduce las manzanas en el horno microondas, y hazlas cocer por unos 40 minutos a 120 grados centígrados.
-Sácalas del horno, déjalas entibiar y luego procésalas hasta quedar con una pasta uniforme.
-Añade miel (o azúcar integral de panela) y canela a la preparación. Colócala en recipientes individuales y, tras alcanzar temperatura ambiente, mete los recipientes al refrigerador.
Puedes disfrutar de este postre en el desayuno, el almuerzo (como postre) o a manera de merienda. Tu escoges si comerlo frío, tibio o caliente.
Eso sí: hay una advertencia. Las personas intolerantes a la fructosa no deben comer este plato; sin embargo, ello no los deja sin opciones: pueden reemplazar las manzanas por zanahorias con frutas como albaricoques o piña, por ejemplo.
Las dietas no tienen que ser sobrias. ¡Endulza tu paladar con este delicioso postre!