Las propiedades de la lechuga te dejarán con la boca abierta: un alimento tan sencillo y sabroso es también un magnífico aliado para bajar de peso: su escaso contenido en calorías y acción quemagrasas te ahorrará muchas preocupaciones; pero también posee una serie de vitaminas y minerales que te protegerán de muchas enfermedades y males.
Consumir lechuga es una buenísima opción en las dietas para bajar de peso, sobre todo en aquellas hipocalóricas, pues contiene calorías negativas, es decir, tiene menos calorías (¡¡sólo 13 por cada 100 g de lechuga!!) que las requeridas para metabolizarla (40 por 100 g).
La lechuga también tiene poquísimas proteínas (0.9 g en 100 g) y grasas (0.1 g en 100 g).
En contraste, este vegetal es abundante en agua (96 g por cada 100 g), lo que la hace un excelente diurético, así como un alimento saciante al actuar con la fibra de la lechuga (entre 0.5 y 1.1 g cada 100 g); esto último te permitirá concentrarte mejor en tu dieta.
Gracias a esa misma fibra, comer lechuga te permitirá depurar tu organismo de ciertos residuos y reducir el colesterol malo y los triglicéridos en éste; esto hace a este alimento una gran opción si quieres bajar de peso.
Hay más propiedades de la lechuga que seguro te interesarán:
-La proporción sodio/potasio de la lechuga es menor a 1, lo que le permite reducir la tensión arterial.
-Previene la aparición de osteoporosis gracias a su contenido en vitamina K.
-La vitamina C y compuestos como la zea-xantina actúan como antioxidantes que combaten a los radicales libres y los males que estos pueden causar.
-El hierro favorece la creación de glóbulos rojos.
Otros importantes elementos presentes en la lechuga incluyen calcio, magnesio, manganeso, vitamina A y vitaminas del complejo B.
Por supuesto, las ensaladas son la forma más común y práctica de incluir la lechuga en tus dietas. Pero sola no es suficiente, debido a su bajísimo aporte calórico: lo que se aconseja es combinarla con otros alimentos igualmente recomendables en una dieta, como tomates, aceitunas, queso o atún; tu elección dependerá del tipo de dieta y de las necesidades de tu cuerpo.
También puedes consumir este alimento como jugo o infusión, o incorporarlo a tus caldos, guisos e incluso batidos de frutas. ¡Hay más formas de aprovecharla de lo que parece!