Tu dieta no tiene que ser monótona: consumiendo maracuyá para adelgazar te darás cuenta que puede ser toda una explosión de sabor. Esta sabrosa fruta le dará variedad a tu dieta, pero también muchas satisfacciones a tu organismo.
Este jugoso alimento, originario de la amazonía y muy común en nuestros mercados, resulta una inclusión buenísima en las dietas para bajar de peso; principalmente por la presencia de fitoesteroles, compuestos que ayudan a reducir el colesterol nocivo, previniendo problemas cardiovasculares y ayudándonos a bajar de peso.
Otra ventaja de la maracuyá es su contenido en fibra (10%), con la que podremos depurar nuestro cuerpo, facilitar la digestión e incluso sentirnos saciados con mayor facilidad. Esto también la hace buena para combatir problemas como el estreñimiento. La fibra de la maracuyá se halla tanto en su pulpa como en sus semillas.
La maracuyá logra esto con una baja cantidad de calorías (70 por cada 100 gramos) y de grasas (0,40 g por cada 100 g), lo que además la hace apta para cualquier dieta para adelgazar, aún las hipocalóricas y las anticolesterol.
Pero los beneficios de esta fruta no se limitan a la pérdida de peso.
La maracuyá también cuenta con vitamina C, que actúa como un antioxidante sobre los radicales libres y ayuda en la cicatrización; sus carbohidratos la hacen una buena energizante antes de trabajos físicos duros; y también es buena como antibacteriana, para prevenir problemas respiratorios y para calmar la ansiedad y el insomnio.
Por esta razón, consumir maracuyá para adelgazar es una idea realmente estupenda. Lo mejor, es que existen numerosas formas de hacerlo:
–Fresca, pulpa y semillas, dejando aparte la cáscara.
-En ensaladas de frutas.
-En jugos o batidos.
-Con yogurt.
-En postres como compotas.
-Como mermelada.
-Con infusiones.
Hay muchísimas formas, para todos los gustos y ocasiones. Elige la que más te convenga y no te sobrepases: consúmela, si, pero en su justa medida y combinando con otras opciones. Si oyes de una «dieta de la maracuyá», es mentira.